La música es una de las pocas cosas en la vida que tiene el poder de mover emocionalmente a la mayoría de las personas. Una canción o una pieza de música puede llevarnos al pasado, a traernos recuerdos, levantarnos el ánimo si estamos bajitos, es decir, es como un bálsamo y nos ayuda a expresar las emociones cuando las palabras nos faltan. Y todo esto bien gestionado, con profesionales, y utilizando diversos componentes musicales, es lo que llamamos Musicoterapia, que nos facilitará la forma de relacionarnos con nuestras emociones y dentro de una relación terapéutica.
La música es algo con lo que casi todo el mundo puede relacionarse, y, de hecho, la mayoría de nosotros escucha música en algún momento, todos los días. Ya sea que esté cantando junto a su canción favorita en su camino al trabajo, escuchando en la radio en casa o bailando un sábado por la noche, lo más probable es que no hay un día que se pase sin música.
En el mundo antigua la proximidad entre palabra y música era especialmente característica del canto mágico. La terapia musical o musicoterapia viene a ser eso, un canto mágico que nos ayudará en nuestras acciones.
¿Qué es la musicoterapia?
Teniendo en cuenta que la música es una de las Bellas Artes más difundida porque nace con la misma habla, se podría decir que la musicoterapia nace con la misma humanidad. Una de las primeras muestras de acto musicoterapéutico universal es el canto de la Nana a los niños recién nacidos y se da en todas las culturas.
La musicoterapia es una terapia que utiliza la música con el objetivo de facilitar cambios positivos en el comportamiento humano e incrementar la salud mental o física de la persona.
Se puede hacer de forma individual o grupal. La terapia en sí misma puede tener lugar, tanto en un hospital, como en la escuela, en prisiones, espacios de trabajo privados..., en función de las necesidades de los participantes.
El ambiente ha de ser relajado y seguro para así ayudar a fomentar el aprendizaje y la liberación emocional de los participantes.
No se necesita ninguna experiencia musical previa, de hecho, uno se puede sentar simplemente y disfrutar de la escucha de la música.
Existen varias técnicas para ello, siendo las más usuales las siguientes: cantar, tocar instrumentos, actividades basadas en ritmos, improvisando, escuchando, etc.
Lo mejor de la terapia musical es que puede beneficiar a una gran cantidad de personas, como son: los niños y las familias, las personas con dificultades de aprendizaje, las personas con un neuro-discapacidad, las personas con autismo, las que padezcan ansiedad y depresión e incluso las personas con esquizofrenia. En algunos casos, la terapia musical puede tener un efecto curativo, y en otros puede ayudar a retardar el deterioro.
La música con instrumento terapéutico puede tener diferentes efectos, tales como bioquímicos, fisiológicos, músculo-motrices, psico-emocionales; en definitiva, la musicoterapia es la ciencia que estudia los efectos terapéuticos de la música en los seres humanos.
De ahí que nos ayudará a empatizar, expresar, interactuar, comunicar, motivar...