Aunque tan solo tenía 7 años cuando esta canción se dio a conocer,
no dejo de reconocer que la he escuchado alguna vez que otra e incluso he oído
tararearla a mi madre. Pero en esta ocasión no hablaremos de ella, utilizaremos
este título para introducir el blog de hoy.
Bailemos un vals y ¿por qué no? podría ser uno de los más famosos
de la historia “El Danubio azul” y de camino conmemorar que, el próximo mes de
junio, se cumple el 120 aniversario de la muerte de su creador Johann Strauss II o segundo (así llamado para diferenciarlo
de su padre que también fue compositor Johan Strauss). El celebrado compositor
murió el 3 de junio de 1899. Su nacimiento ocurrió en 1825 en Viena.
¿Quién no ha soñado con bailar ese
vals? ¿Quién no se ha imaginado ataviado con un vestido de lujo, largo,
elegante…dando vueltas sin parar en un gran salón?
Este gran compositor austriaco, fue
hijo del también compositor Johann Strauss I y hermano de los compositores Josef
Strauss y Eduard Strauss, pero Johann Strauss II fue sin duda el más famoso de
la familia Strauss tanto por sus valses como por sus operetas. Conocido por “el
rey del vals” también fue violinista y director de orquesta.
Convirtió este baile en un símbolo de Viena en el Siglo XIX. Convirtió una danza campesina en una danza propia para la Corte Real de los Habsburgo.
Fue niño prodigio, compuso su primer vals con seis años. Su padre quería que se dedicara al comercio, pero gracias al apoyo de su madre pudo recibir lecciones de violín y composición en secreto y dedicarse a su pasión, la música.
Tuvo
su propia orquesta a los diecinueve años y competía con la de su padre. Al
morir éste, ambas orquestas se unieron y bajo su dirección dieron conciertos
con grandes éxitos por las principales ciudades de Francia, Alemania,
Inglaterra, Rusia y los Estados Unidos. Aclamado en todo el mundo, en 1863 fue
nombrado director de la música de baile de la corte de Viena.
A
partir de su matrimonio dejó un poco de lado la dirección de la orquesta y la
confió a sus dos hermanos y él se dedicó a la composición de operetas, siendo
entre las más famosas “El murciélago” en 1874.
Pero
centrándonos en el blog de hoy, hablaremos un poco más del vals “El Danubio
azul” o En el bello Danubio azul (su título original en
alemán). Pudo escucharse por primera vez en 1867, pero no tal como hoy lo
conocemos, sino en una versión coral. La orquestal, desde el mismo momento de
su estreno (1890), tuvo una acogida triunfal que no ha remitido con el tiempo.
El Danubio azul es considerada como la
más importante de las 498 composiciones de danza compuestas por el "rey
del vals". Consiste en una introducción (44 compases), dividido en cinco
partes, algunas de las cuales va precedida de una "entrada" para
terminar en una extensa "coda" de 148 compases.
Y después de estos breves
conocimientos, ya estamos dispuestos a dar los primeros pasos y sentirnos tanto
como una campesina como una emperatriz de la corte al son de esta bella
melodía, en un bonito salón del castillo.
Si vas a Viena, comprobarás que toda tarde de música termina con ese vals.
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